viernes, 9 de julio de 2010

Los no lugares. La huida

Llego a la ciudad L son las cinco y media de la mañana. Realizo los trámites de las distintas aduanas, cambio dinero, saco dinero, desayuno, almuerzo. Espero el vuelo a la ciudad I. Amanece en la ciudad L que aparece encapotada por un bruma que dicen que es natural en esta época del año. Mientras espero el embarque, el azar me hace compartir el ascensor con una chica que me pregunta ¿Por qué vas a la ciudad I?

“En su frente había, creo una especie de lechuza. Me pregunto si llovía, yo le hable de la montaña de esmeralda”.

Es americana, se ha dedicado desde hace más de viente años al estudio de la medicina natural, ¿vas al congreso?

-no sabia nada de un congreso-

-comienza el sábado-

Salimos hacia la ciudad I, atravesando la espuma blanca que cubre todo el cielo. Descubro el sol. Las montañas de hielo. Y llegando a la ciudad I, el río.

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