martes, 13 de julio de 2010

Belen. El niño y el mono

Al día siguiente de encontrarme en la ciudad I decido visitar Belén. Ando la ciudad, mis oídos se llenan de voces, del ruido de los motocarros que recorren sin descanso las calles.

-Le llevo señor.
-Mister
La corriente me lleva a través de los mostradores de madera hinchada, cubiertos por un techo de chapa metálica ondulada. El policía me dice:

-¿ quiere ver los animales?
Le contesto que bien, y me siguen a todas partes.
Descubro la mirada del niño y el movimiento lento, ralentizado del pequeño ser que me interroga con sus ojos. Disparo.

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